Salgo al escenario con toda la firmeza que me permiten mis piernas debido a los nervios y miro a mi alrededor, distingo entre la oscuridad miles de caras que me miran expectantes, esperanzadas a ver un gran espectaculo, pero no reconozco ninguna. Trago saliva y intento que mi garganta vuelva a la normalidad, pero esta tan cerrada que me dificulta hasta la respiracion.
Miro de nuevo a mi alrededor y lo veo a el, apoyandome desde la oscuridad. Cierro los ojos y me pongo en la postura inicial, mientras un unico foco de luz me apunta desde alguna de la muchas esquinas del enorme salon.
Las primeras notas empiezan a sonar, debiles, timidas y armonicas, pero no me muevo aun, sino que dejo que me envuelvan, consiguiendo olvidarme de todo y alejando las inseguridades de mi cabeza.
Regulo mi respiracion y comienzo a moverme con fluidez, burlandome de la gravedad; siempre en contra de la elegancia de los movimientos.
Subo, bajo, giro, salto... siempre acompasando cada movimiento a cada golpe de voz, a cada nota, a cada palabra... como poseida por la marabillosa sensacion que produce la cancion... sintiendome libre mientras noto la energia subiendome por la espalda...
Y asi sigo, soñando con los pies, hasta que se acaba la cancion y me veo devuelta a esa realidad donde no hay sitio para los sueños, donde siempre que pueda el mundo te quitara lo que mas quieras...
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