El olvido, una prueba demasiado dura a veces....

Es horrible esa sensacion de estar astillado por dentro, de no tener nada, de no ser capaz de sentir nada mas que un oscuro vacio en el pecho y un horrible nudo en la garganta que parece no tener forma de deshacer.
Por que a veces, cuando pasan este tipo de cosas, las personas luchamos con todas nuestras fuerzas por salir adelante, por reconstruir nuestro interior y ser otra vez la misma persona.
Cuando vemos que esto no funciona es cuando probamos a ser otra persona y empezamos a jugar a disfrazarnos de alguien a quien creemos que deberiamos ser para no pasar por aquello que nos vacio. Intentamos olvidar y empezar de nuevo.
Esto parece que funciona durante un tiempo en el que cambiamos todo lo que este a nuestro alcanze, asi como nuestro aspecto o nuestra actitud hacia la vida. Desgraciadamente esto dura poko, y cuando empezamos a darnos cuenta de ello, de que absolutamente nada de lo que hizimos no sirvio para nada, es cuando nos dejamos llevar por los recuerdos de pasado y literalmente, nos hundimos con ellos.
Y yo al menos, como persona que quiso que su esfuerzo por olvidar fuera recompensado y no lo fue, no conozco peor sensacion que la de perderse el amor propio, que la de sentirse perdido sin alguien a quien no le importas absoluto, la de no ser capaz de olvidar y de morirse cada vez que te sorprendes pensando en aquellos recuerdos con una estupida sonrisa en la cara, la de sentirse utilizado, la de amar y no ser amado...
Porque luego ves que esa persona que durante algun momento fue lo que daba sentido a tu vida que reace su vida en dos dias mientras que tu llevas semanas hundida en la mierda, intentando recomponerte y ser fuerte, y basicamente te odias a ti misma por ser tan estupida de intentar mantener la compostura solo para que el te vea y crea que ya no te importa y que estas tan marabillosamente feliz como el.
Y mas o menos vas sobreviviendo con esa tactica, hasta que llega un momento en la que se te olvida que no es una realidad y intentas enfrentarte a todas as situaciones que se requieran y a todos los recuerdos.
Desgraciadamente, nunca se esta preparado para todo cuando la herida aun esta abierta, por lo que te vuelves a deprimir y te echas a llorar, mientras un amigo, que no estaba en absoluto prevenido, intenta consolarte como puede.

Se llaman recuerdos...

Se llaman recuerdos a esas pequeñas partes de nuestra vida que pudieron ser tan importantes para nosotros entonces y que aún ahora nos producen distintas reacciones cuando pensamos en ellos; siendo estos una tímida sonrisa; alguna que otra carcajada, un escalofrío, una oleada de calidez que invada todo nuestro cuerpo, añoranza por aquel tiempo pasado o una lágrima fugitiva que escapa delatora por nuestra megilla, hasta que nosotros; avergonzados por aquel pequeño símbolo de debilidad, la borremos con la manga de nuestras camisas.
Se llaman recuerdos a esos momentos que se nos pasan por la cabeza en forma de pelicula antigua, con aquella calidad que le acaba dando el olvido y con aquellas pequeñas lagunas en las que no se puede ver nada. Sin embargo con el mismo ambiente familiar que nos hace sentir tranquilos.
Se llaman recuerdos a aquellos momentos que se nos vienen a la cabeza sin avisar. Bien, por que pasamos por un lugar en el que ocurrio el recuerdo, bien, por que encontramos un objeto en particular, o bien por algo tan simple como una palabra o un gesto.
Se llaman recuerdos a aquellas partes de nuestra vida que nos gustaria olvidar a veces. A aquellos en los que en muy pocas ocasiones nos concedemos el lujo de pensar; por que son demasiado dolorosos o por que no nos vemos preparados para admitir que son solo eso, recuerdos.
Sin embargo, por encima de todo eso, los recuerdos del pasado serán; algún día, imprescindibles para las vivencias que nos esperar con el futuro. Por que si jamás nos equivocamos; si jamás sufrimos nuestro error; Como sería posible nuestra evolución moral?
Con los recuerdos, buenos o malos, aprendemos a conocer un poquito más como es la vida para nosotros y empezamos a valorar esas pequeñas cosas con las que nos obsequia la vida en ocasiones como se merecen.
Se llaman recuerdos a esas pequeñas y grandes cosas que forman la vida...

El indeciso - Lo escribí con doce años

 Me parecia inadecuado, quizás demasiado impulsivo; el caso es que no estoy seguro de si tu decisión fue la acertada, tal vez hizieses bien, tal vez hizieses mal; el tiempo nos lo dirá. Imagino.

La verdad es que no se me da muy bien tomar decisiones, o elecciones, los dos conceptos son correctos.

O tal vez lo que me ocurre es que tengo miedo a equivocarme, a confundirme y quedar en ridículo, creo...

De lo único de lo que estoy totalmente seguro es que el hombre que no toma decisiones no es capaz de amar, el que no es capaz de amar no es feliz; por lo que esta totalmente vacio; sin vida. En definitiva, está perdido.

Eso es lo que necesitaba contar.

De todas formas no creo que esto llegue a tus manos, pero si lo hiziera seguramente te este aburriendo; pero quizás, solo quizás, te este entreteniendo con mis dudas.

Diario de abordo

Apenas llevo tres días en la mar y ya te extraño, no quiero ni imaginarme que será de mi durante los próximos seis meses de soledad que me esperan sin ti.

Hoy mismo, mientras terminaba de arreglar unos cabos podridos por la horrible humedad que lo abarca  todo aquí había echado a perder, miré hacia el mar y prometo; que por un segundo, pude ver la luz del faro en el que pasamos tantas marabillosas tardes durante el pasado verano.

Sé que esto es imposible, todo lo que me rodea es mar; mas, debió de ocurrir que tan fuertes eran mis deseos de una sola imagen que me recordara a ti que; mi devil y estúpido corazón, creo una realidad ficcticia que se te relacionara. Aun así no me preocupa, ya que sé que estas visiones que yo tengo serán mi mejor arma para sobrevivir después de las cartas que espero impacientemente me envies.

Extraño todo lo que teniamos antes de que la guerra me obligara a alejarme de ti y de todo lo que me importaba, mas, intento con todas mis fuerzas en recordarlas simplemente con calidez, apartando la melancolía que terminaría por acabar conmigo.

Pero sé que este viaje no es  el final, se que volveré contigo a ese pequeño trozo de costa que hizimos nuestro paraiso, estoy convencido de que volveré a verte zambullirte en las cristalinas aguas de la baía con toda la elegancia de una magnifica sirena, de que podre lanzarme detrás de ti y así, entre risas y miradas cómplices, besarte y sentir de nuevo el sabor del verano.