Tu cabeza se adormila, como si estubiera anestexiada.
Los parpados te pesan, el sonido llega distinto a tus oidos y cada movimiento representa un verdadero esfuerzo.
Quisieras cambiarlo todo, pero no puedes.
Matas esas ganas de llamarle, mientras aprietas en movil contra tu mano.
Si le llamas no vas a saber que decir, estate quieta; espera.
Piensas en lo ocurrido; te sientes estupida y esperas, esperas a que ocurra algo.
Pero no ocurre...
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