Sientes esa adrenalina subiendo por tu venas, esa que acude a tu cuerpo como un huracan cada vez que aprendes algo nuevo...
Lo echabas de menos, ahora te das cuenta.
Y no quieres pararlo, no puedes pararlo ya.
Sientes esas ganas de mejorar, de comerte el mundo... sabes que trabajaras en ello hasta que lo consigas, como cada una de esas cosas que emprendiste en su momento.
Eres cabezota y lo sabes, pero eso tambien trae consigo la constancia.
Repetiras y repetiras, te caeras y te levantaras; asi funciona.
Sonries para ti misma.
Aceptas el desafio.